La Verdad IncĂłmoda sobre los LĂ­mites

 

Cuando escuchamos la palabra "lĂ­mites", a menudo pensamos en conflicto, egoĂ­smo o en rechazar a quienes queremos. En realidad, ocurre todo lo contrario: establecer lĂ­mites es el acto de

Un límite es una línea que trazas para comunicar a los demás cómo quieres ser tratado/a. Es una regla personal que protege tu bienestar, tu tiempo y tu energía.

Si tienes miedo de poner un "no" por temor al rechazo o a herir a la otra persona, es probable que estés cayendo en el rol de people-pleaser (agradar a toda costa), sacrificando tu paz mental en el proceso.

AquĂ­ te explicamos los tipos de lĂ­mites y la fĂłrmula para comunicarlos de forma asertiva.

 

Tres Tipos de LĂ­mites que Necesitas Proteger

 

Para empezar a poner límites, primero debes identificar qué aspectos de tu vida se están desbordando:

 

1. LĂ­mites de Tiempo y EnergĂ­a

 

Se refieren a tu disponibilidad y al uso de tus recursos.

Ejemplo de límite a poner: "No puedo hablar del trabajo después de las 7 p.m." o "Solo puedo ayudarte con esto durante una hora el fin de semana".

Señales de que están siendo violados: Agotamiento constante, sentir resentimiento por agendas llenas o hacer cosas por obligación.

 

2. LĂ­mites FĂ­sicos

 

Definen tu espacio personal y tu comodidad fĂ­sica.

Ejemplo de límite a poner: Expresar qué tipo de contacto físico es aceptable, o pedir a alguien que te dé espacio si te sientes invadido/a.

Señales de que están siendo violados: Sentir incomodidad cuando alguien se acerca demasiado o te toca sin consentimiento.

 

3. LĂ­mites Emocionales

 

Protegen tu salud mental de la sobrecarga emocional.

Ejemplo de lĂ­mite a poner: "Necesito cambiar de tema, ahora mismo no puedo escuchar sobre problemas tan pesados" o "No soy tu terapeuta; si necesitas hablar de esto, busca ayuda profesional".

Señales de que están siendo violados: Asumir los problemas o el estado de ánimo de los demás como propios (esponja emocional).

 

La FĂłrmula de ComunicaciĂłn Asertiva (3 Pasos)

 

Poner un límite no tiene por qué ser un enfrentamiento. La clave está en la asertividad: ser firme con tus necesidades, pero respetuoso con la otra persona.

Utiliza esta fĂłrmula sencilla para comunicarte sin atacar:

PasoLo que necesitas decirEjemplo Práctico
1. Observación ObjetivaDescribir el comportamiento o la situación sin culpar.“Cuando llegas 20 minutos tarde a nuestras citas…”
2. SentimientoExpresar honestamente cómo te hace sentir ese comportamiento“…Yo me siento poco valorado/a e impaciente.”
3. Petición ClaraEspecificar la acción que necesitas que cambie.“Necesito que seas puntual o qu me avises con al menos media hora de antelación si vas a tardar.”

 

CĂłmo Manejar la Culpa (La EmociĂłn Trampa)

 

Es muy común que, al principio, sientas una enorme culpa después de poner un límite, especialmente si la otra persona reacciona con enojo o tristeza.

Recuerda: TĂş eres responsable de tus lĂ­mites, no de la reacciĂłn de la otra persona.

La culpa es simplemente el sentimiento incómodo que aparece cuando cambias una dinámica antigua. Permítete sentirla, pero no dejes que te convenza de que has hecho algo malo. Al mantener tus límites, estás enseñando a los demás a respetar tu valor, lo cual es la base de cualquier relación sana.

Poner lĂ­mites es, paradĂłjicamente, el secreto para aumentar tu bienestar y la calidad de tus relaciones.

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